Por Rodolfo
Saglimbeni*
Hablar de la sala José Félix
Ribas es hablar de la historia musical del mundo musical venezolano de los
últimos casi cuarenta años. A simple vista, el asociar el nombre de la sala José
Félix Ribas1 con las artes y especialmente con la música, puede
parecer algo extraño. Sin embargo, para los músicos venezolanos de las
generaciones de los últimos veinticinco años, el nombre de José Félix Ribas, va
ciertamente ligado a la filosofía de la juventud venezolana y en el caso de la
juventud musical al manifiesto de “tocar y luchar por Venezuela” de las
Orquestas Nacionales Juveniles e Infantiles, para quienes la sala José Félix
Ribas es sede permanente.
Para el gran público
venezolano, la sala José Félix Ribas ha sido –por sobre todo- el lugar de
encuentro con las Orquestas venezolanas y para los músicos de la capital, de la
provincia venezolana y del exterior, la sala que consagra a las manifestaciones
musicales de nuestro país. Aunque la sala José Félix Ribas, no ha sido negada a
otras bellas artes, su casi exclusiva dedicación para los conciertos sinfónicos
de orquestas del todo el país, ha acaparado un porcentaje elevado de su
ocupación.
Ideada en sus inicios como una sala de ensayos, muy
pronto –y antes de la inauguración oficial del Teatro Teresa Carreño-, la sala
propiamente dicha y sus adyacencias, albergarían al pujante movimiento de la
Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela. La recién terminada sala estaba rodeada
de montañas de arena y piedra, junto a mezcladoras de cementos y muchos elementos relacionados
con la construcción... Cada rincón de los que hoy conocemos como áreas del
Teatro Teresa Carreño fueron improvisadas salas de clases y ensayos, en donde
se gestó por un buen tiempo el ya histórico movimiento juvenil venezolano. Lo
que conocemos ahora como las sala A y H fungieron además de depósitos de
materiales de construcción en improvisadas salas de clases de teoría, solfeo,
historia, análisis musical, dirección de
orquesta...
La estructura arquitectónica
de la sala José Félix Ribas, obedece a necesidades acústicas y arquitectónicas
que se fusionan creando una obra de arte. Las facilidades de las sala Ribas han
sido adaptadas a las necesidades requeridas para la realización de todo tipo de
conciertos, ya sean sinfónicos, de cámara y ensambles además de ópera y teatro.
La acústica en una de las
virtudes más resaltantes de la sala. Su techo, -si bien debe ser visto como una
obra de arte de Jesús Soto-, también constituye uno de los elementos acústicos
de enorme peso específico en el “sonido” de la sala. El diseño geométrico de su
escenario permite una gran movilidad y flexibilidad y por sobre todo
creatividad a la hora de disponer de elementos en el escenario. Sus paneles
acústicos móviles, hacen de la versatilidad de esta sala, uno de los centros
artísticos del país y del continente, más adaptables a muchas manifestaciones
artísticas que allí se presentan.
Como mencionamos al
principio, la historia de la sala se asocia a unos cortos pero muy productivos
veinticinco años de la Orquesta Nacional Juvenil e Infantil de Venezuela. La sala Ribas ha sido testigo
de tres generaciones de músicos de esta organización nacional. Desde la
Orquesta Nacional Juvenil “Juan José Landaeta”, hasta la Orquesta Nacional
Infantil y Juvenil de Venezuela, pasando por la Orquesta Sinfónica Simón
Bolívar, se resumen casi cuarenta años de historia. La experiencia musical de la
capital no fue menos en la provincia venezolana.
Todas las capitales, ciudades y pueblos importantes de Venezuela, poseen un movimiento sinfónico, que en muchos de los casos –al igual que en la capital venezolana- poseen ya tres generaciones. La gran mayoría de estas orquestas, orgullo de sus regiones, han encontrado en la sala José Félix Ribas, el centro nacional de referencia revalidatoria de sus éxitos regionales. Los grupos profesionales, juveniles e infantiles de Venezuela, se han presentado ininterrumpidamente en las sala José Félix Ribas desde hace veinticinco años, sirviendo ésta sala y el Teatro Teresa Carreño como vitrina de lo nacional, así como de organizaciones internacionales de toda América las cuales se han inspirado en lo que se conoce como el “el milagro musical venezolano”.
Todas las capitales, ciudades y pueblos importantes de Venezuela, poseen un movimiento sinfónico, que en muchos de los casos –al igual que en la capital venezolana- poseen ya tres generaciones. La gran mayoría de estas orquestas, orgullo de sus regiones, han encontrado en la sala José Félix Ribas, el centro nacional de referencia revalidatoria de sus éxitos regionales. Los grupos profesionales, juveniles e infantiles de Venezuela, se han presentado ininterrumpidamente en las sala José Félix Ribas desde hace veinticinco años, sirviendo ésta sala y el Teatro Teresa Carreño como vitrina de lo nacional, así como de organizaciones internacionales de toda América las cuales se han inspirado en lo que se conoce como el “el milagro musical venezolano”.
La Orquesta Sinfónica
Venezuela, fundada en 1930, a través de cuya gestión liderizada por el Maestro
Pedro Antonio Ríos Reyna2 se gestiona la construcción del Teatro
Teresa Carreño, -cuya Sala “grande” lleva su nombre - realiza una
importantísima programación anual a través de conciertos de temporadas en la
Sala José Félix Ribas. Similar gestión realiza la Orquesta Filarmónica Nacional
y la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. Estas instituciones junto a
grandes solistas nacionales e internacionales, hace de la sala Ribas, uno de
los centros de producción de conciertos más activos de todo el continente
latinoamericano. Además, la sala Ribas ha sido testigo de muchas y exitosas
grabaciones comerciales e institucionales de artistas nacionales.
Sin temor a equivocarnos,
manifestamos que gran parte de la
historia musical de Venezuela, ha tenido en la sala Ribas como testigo, no sólo
de grandes eventos sinfónicos, sinfónicos-corales, de música de cámara, ópera y
teatro, sino además de múltiples actividades presentadas en las que se incluyen
clases maestras con grandes figuras nacionales e internacionales, charlas,
conferencias, encuentros y eventos diversos que hacen de la Sala Ribas, además
de un centro de gran actividad artística, una referencia de gran importancia en
el desarrollo del arte en Venezuela.
Grandes orquestas, directores, solistas, ensambles, maestros, concuerdan en que la sala Ribas responde a los más altos niveles de exigencia que se esperan de un recinto. Esta sala ofrece por otra parte grandes alternativas sonoras y movilidad con muy pocos elementos. El repertorio de cientos de grupos de los cuales la sala Ribas ha sido ilustre anfitriona, va desde las manifestaciones vocales, instrumentales de la música antigua, hasta las tendencias más modernas de la música académica, popular, del rock y del jazz. Se cuentan por miles los artistas venezolanos que consideran a la sala Ribas como parte muy importante en el desarrollo y el éxito de sus carreras.
Grandes orquestas, directores, solistas, ensambles, maestros, concuerdan en que la sala Ribas responde a los más altos niveles de exigencia que se esperan de un recinto. Esta sala ofrece por otra parte grandes alternativas sonoras y movilidad con muy pocos elementos. El repertorio de cientos de grupos de los cuales la sala Ribas ha sido ilustre anfitriona, va desde las manifestaciones vocales, instrumentales de la música antigua, hasta las tendencias más modernas de la música académica, popular, del rock y del jazz. Se cuentan por miles los artistas venezolanos que consideran a la sala Ribas como parte muy importante en el desarrollo y el éxito de sus carreras.
La excelente recopilación
producida por el Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, recoge un meticuloso trabajo de
investigación, que dedica a todos, pero por sobre todo a los artistas
venezolanos, una cronología de las presentaciones realizadas en ella. La
esencia de la sala José Félix Ribas, va mucho más allá de ser un simple recinto
de eventos.... muchos la sentimos como la casa de los artistas de la música
en Venezuela.
1 José Félix Ribas (1775-1815), oficial del ejército venezolano en la Guerra de
Independencia.
2 Pedro Antonio Ríos Reyna (1905-1977), violinista, director de orquesta,
promotor de la construcción de una sede propia para la Orquesta Sinfónica
Venezuela, proyecto que no logró ver
culminado.
* Músico, director de Orquesta. Este escrito fue preparado para una obra dedicada a la Sala José Félix Ribas que registraba la historia de este espacio desde sus inicios hasta el año 2000. Fue un proyecto coordinado por Teresa Alvarenga en el naciente Centro Documental, que no pudo ser impreso en su momento y cuyos artículos principales estaremos publicando por esta vía.
Fotografías: Rodolfo Saglimbeni: Johathan Contreras (2013); fachada de Sala José Félix Ribas: Teresa Alvarenga (2000); Interior de la sala Luis Brito (1998); otras Colección Fotográfica del Centro Documental, 2014.
Fotografías: Rodolfo Saglimbeni: Johathan Contreras (2013); fachada de Sala José Félix Ribas: Teresa Alvarenga (2000); Interior de la sala Luis Brito (1998); otras Colección Fotográfica del Centro Documental, 2014.