jueves, 19 de junio de 2014

Leonardo Azparren Giménez: un hombre de teatro


GENTE DEL TERESA

Nació en Barquisimeto el 12 de julio de 1941
Crítico teatral, diplomático, profesor universitario y gerente cultural

Azparren es Licenciado en Filosofía y Magister en Teatro Latinoamericano por la Universidad Central de Venezuela. En esa misma casa de estudios fue Profesor titular de la Escuela de Artes y Coordinador de la Maestría en Teatro de la cual egresó.
Como crítico teatral su nombre está vinculado a importantes medios impresos venezolanos, como El Mundo o Tal Cual; además es colaborador de revistas especializadas en Estados Unidos, España, Cuba, Francia y Argentina. Asímismo es Miembro del Instituto Internacional de Teoría y Crítica de Teatro Latinoamericano (Comité Científico), del Grupo de Estudios de Teatro Argentino (Comité Asesor) y del Centro de Investigaciones de Teatro Iberoamericano de la Universidad de Buenos Aires.

Su especialidad ha sido el teatro griego y el teatro venezolano, a los cuales le ha dedicado buena parte de su vida y que le ha otorgado un amplio reconocimiento nacional e internacional, como uno de los intelectuales más importantes de nuestro país. Fuera de nuestras fronteras esa labor ha sido reconocida, ejemplo es el Premio Armando Discépolo de Investigación de la Universidad de Buenos Aires.


De este último se cuentan numerosas publicaciones, imprescindibles para su estudio. Se destacan: El teatro venezolano (1967); El teatro venezolano y otros teatros (Monte Ávila, 1979); Cabrujas en tres actos (El Nuevo Grupo, 1983); Teatro en crisis (Fundarte, 1987); El gesto de mostrar (Sociedad dramática de Maracaibo, 1990); La máscara y la realidad (Fundarte, 1994); La polis en el teatro de Esquilo (Monte Ávila, 1993); Documentos para la historia del teatro en Venezuela siglos XVI, XVII y XVIII (Monte Ávila, 1996); El Teatro en Venezuela, Ensayos históricos (Alfadil, 1997); Teatro griego hoy y siempre (UCV, 2001); El realismo en el nuevo teatro venezolano (UCV, 2002); Sófocles: el espectáculo de la soledad (Monte Ávila, 2004); Estudios sobre teatro venezolano (UCV, 2006); Lecturas del teatro venezolano (AVL, 2011), José Ignacio Cabrujas y su teatro (Bid & co., 2012), Isaac Chocrón, la vida requisada (Bid & co., 2012).
Entre los años 1971 y 1989 formó parte del cuerpo diplomático venezolano. Sirvió en las embajadas de Venezuela en Hungría, Libia y Túnez. En el servicio interno se desempeñó en las direcciones de relaciones culturales y cooperación internacional.

Como gerente cultural ha desempeñando de manera exitosa la dirección de importantes instituciones de la estructura cultural venezolana: esta faceta la inició como Jefe del Departamento de Teatro y Danza del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes, entre los años 1967-1970. Posteriormente, entre 1982 y 1986 fue Director del Fondo Cinematográfico de Venezuela; luego se desempeñó como Presidente de Monte Ávila Editores (1994-1995). De donde pasa a ser Presidente de la Fundación Teatro Teresa Carreño (1995-1999), en una Venezuela marcada por la crisis económica y la conflictividad social.
Azparren fue legalmente el primer Presidente de la Fundación Teresa Carreño, ya que desde 1973, cuando se crea la Fundación Teresa Carreño, la máxima jefatura de la institución la ejercía el Gerente General, correspondiendo la presidencia al Presidente del Consejo Nacional de la Cultura.
En el período ejercido por el profesor Leonardo Azparren Giménez, la administración de la Fundación mejoró notablemente en sus procedimientos administrativos internos, pues se diseñaron y aplicaron modelos gerenciales en todas las áreas de la institución. Durante su gestión, se renovaron los Estatutos Sociales de la Fundación y se incrementaron los ingresos por las actividades propias.
Igualmente, durante su gestión, se realizaron importantes producciones como la reposición de Aida (1997) bajo la dirección escénica de Orlando Arocha; el estreno de Turandot (1995), como resultado del convenio de cooperación, asistencia técnica y artística suscrita entre la Fundación Teresa Carreño y el Teatro Colón de Buenos Aires; el estreno en Venezuela de La flauta mágica (1997), realizada en coproducción con la Asociación Venezolana de Conciertos (AVC); el estreno de La Valquiria de Richard Wagner (1998), en cooperación entre la AVC, el Centro de Artes Integrales y el Colegio Integral El Ávila y la Asociación Wagner de Venezuela, Fundación Cultural Chacao.
El profesor Azparren apoyó decidamente al Ballet Teresa Carreño y sus creadores, auspiciando el estreno de nuevas coreografías: en 1994 se estrenó La cenicienta de Vicente Nebreda, clausurando el Festival Viva Nebreda. Dos años más tarde, se estrenó El cascanueces con coreografía también del maestro Nebreda, obra que desde entonces es la pieza emblemática del Complejo Cultural.
De igual manera, se publicó el libro único libro sobre la institución que se ha escrito hasta los momentos: Teresa Carreño. XV Aniversario (1998), obra que recopila la historia de la Fundación desde sus inicios hasta los primeros quince años de inaugurada la Sala Ríos Reyna. Decía el profesor Azparren en el acto de presentación de dicha obra: “El libro Teatro Teresa Carreño no halaga una administración. Es un libro para el futuro por el valor documental de sus textos y fotografías, por sus cronologías, por su excelente diseño y su impecable impresión. Es un tributo a la idea gestora, a la vida y a la permanencia del más importante centro cultural público venezolano”.
Durante su período como presidente de la Fundación, creó el Centro Documental del Teatro Teresa Carreño (1998), cuyo objetivo es recolectar, preservar y divulgar la memoria documental e histórica de la Fundación Teresa Carreño. Además, se recuperó el ánfora de bronce del escultor venezolano Nicolás Veloz, donde reposaron por varias décadas las cenizas de la excelsa pianista Teresa Carreño, la cual comenzó a formar parte de las piezas más emblemáticas de la Sala de Exposición Permanente Teresa Carreño.


En términos generales, se consolidó una política cultural de gran amplitud que recibió artistas de gran talla internacional y de todas las regiones del país. Su gestión fue eficiente y llena de logros administrativos y artísticos. Al cumplir su período de gestión, dejó un fideicomiso por más de dos mil millones de bolívares para la renovación tecnológica de las salas del Teatro, donación del presidente de la República Dr. Rafael Caldera, a través de PDVSA, con motivo de los veinticinco años de la creación de la Fundación y quince de la inauguración del Teatro.
Fotografías e imágenes: Colección Fotográfica Centro Documental